lunes, 12 de abril de 2021

ESTRANGULACIONS RUTINÀRIES│ ESTRANGULACIONES RUTINARIAS

 

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ESTRANGULACIONS RUTINÀRIES

 

 

He puesto cuerdas al arco nuevo de tu sonrisa

y engarcé dos noches en el sitio de tus ojos.

Leopoldo Marechal

 

 

En el vas submergit de la tebiesa estirada en el tinter del cos,

els rellotges del desequilibri sobre el coixí com a fixació

d’aixelles narcisistes, en l’escriptura exterior de la molsa col•locada

en la nit: entre vegetals deserten les mirades de les fusteries

i la seua acostumada fusta de cuir dels balanceigs absurds dels ulls.

En la porta del crit escape de les boires desplegades

i la seua desmesura, escape de les aigües i els rastres del paviment,

però no dels teus ulls ni del coll de pólvora que envolta les ales,

ni de la fogata que ens redueix a cendra, fantasmes arrancats

als grills, a l’allau d’aquell clatell a la boca.

Moriré amb les ànsies innombrables de les meues estrangulacions,

entre nafres i ventalls i veritats que mai no entenguí en el vèrtex

dels sumaris, en la barraca de closques de l’esperit del ritu.

Mai no manca una corda per a penjar el meu cap en cap balcó.

O per a escapar de la lepra de les màscares: és esquerp el somni

en una finestra que rebrega el tòrax i es torna cataclisme.

.

. Poema d’ANDRÉ CRUCHAGA traduït en català per PERE BESSÓ

.

 

ESTRANGULACIONES RUTINARIAS

 

 

He puesto cuerdas al arco nuevo de tu sonrisa

y engarcé dos noches en el sitio de tus ojos.

Leopoldo Marechal

 

 

En el vaso sumergido de la tibieza estirada en el tintero del cuerpo,

los relojes del desequilibrio sobre la almohada como fijación

de axilas narcisistas, en la escritura exterior del musgo colocado

en la noche: entre vegetales desertan las miradas de las carpinterías

y su habituada madera de cuero de los balanceos absurdos de los ojos.

En la puerta del grito escapo de las nieblas desplegadas

y su desmesura, escapo de las aguas y los rastros del pavimento,

pero no de tus ojos ni del cuello de pólvora que envuelve las alas,

ni de la fogata que nos reduce a ceniza, fantasmas arrancados

a los grillos, a la avalancha de aquella nuca en la boca.

Moriré con las ansias innumerables de mis estrangulaciones,

entre llagas y abanicos y verdades que nunca entendí en el vértice

de los sumarios, en la choza de cáscaras del espíritu del rito.

Nunca falta una cuerda para colgar mi cabeza en algún balcón.

O para escapar de la lepra de las máscaras: es hosco el sueño

en una ventana que estruja el tórax y se torna cataclismo.

.

Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga


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